Para la protección y la seguridad de ciudadano las fuerzas policiales, policiales militarizadas, gendarmerías o guardias civiles cuentan con cuerpos especializados de alta preparación.
Los entrenamientos para las fuerzas de custodia del orden público o para los grupos de élite de acción antiterrorista son marcadamente diferentes. El entrenamiento para estos últimos requiere de una instrucción especializada y un ejercitamiento físico y psicológico acotado a su misión específica.
En la actualidad se requiere un muy alto nivel tanto en la selección de los hombres, que se preparan para eso, como en la especificidad del equipo que con ellos posibilitará el éxito del cumplimiento de las tareas.
Hombres capacitados y equipos adecuados constituyen la clave para el buen desempeño. Formar parte de esos grupos de especialistas representa un honor y exige un gran esfuerzo primero llegar y luego mantenerse en forma.
Por regla general tanto las fuerzas policiales como los grupos de élite saben del riesgo de vida que significa su tarea cotidiana, con una delincuencia común que observa un nivel de violencia superlativo conjuntamente con mayor sofisticación metodológica que crece con la tecnología disponible de una sociedad cada vez más avanzada.
Es por ello que la evolución policial debe ser rápida y anticipatoria de los riesgos para prevenirlos y conjurarlos. La regla de oro es estar siempre un par de pasos delante de la delincuencia para brindar la seguridad necesaria al hombre común.
Contar con hombres sin recursos disponibles, por muy preparados que se hallen, es como dejarlos con los brazos atados y consecuentemente transferir los riesgos al ciudadano inerme a la acción delincuencial.
Las policías en cualquier parte del mundo están en ese empeño; los tiempos pueden variar en su progreso, ya que muchas veces, están determinados por los vaivenes políticos. Pero más allá de ello tienden a dar respuesta a las necesidades básicas de protección ciudadana.
La diferencia tiene que estar no solo en el uniforme que los distingue también y fundamentalmente en el espíritu que los anima: "Sprit du Corps" de los franceses (el" espíritu de cuerpo") y el concepto de misión.
"SERVIR Y PROTEGER" no puede ser un cartel pintado en los móviles de patrulla sino una divisa de fiel cumplimiento que marca el "deber policial".
